La implementación de prácticas agroecológicas y la búsqueda de alternativas para reducir el uso de químicos y otros compuestos e insumos de los que carece la agricultura jobabense es una de las prioridades de este sector para el 2025, no solo como un programa impulsado por la ANAP sino como objetivo institucional.
Ello quedó claro en el último intercambio con dirigentes de las bases productivas del municipio, enfatizando que ya no solo se trata de fomentar fincas integrales y promoverlo como una especie de opción, sino de fomentarlo de manera extendida en toda la gestión agrícola, y especialmente en cultivos habituales.
Especialistas del ramo han demostrado que independientemente de la preferencia por fertilizantes, plaguicidas y fungicidas industriales de rápida acción, similares rendimientos y productos muchos más sanos pueden lograrse a partir de la utilización de medios biológicos de factura nacional o biopreparados orgánicos de los propios entornos de las unidades.
Para ello se insistió en que este año debe ponderarse en los programas de capacitación agropecuaria un enfoque de estas temáticas y estrechar mejores vínculos con las instituciones educacionales del territorio, en especial con el politécnico Manifiesto de Montecristi, el cual cuenta con los medios y recursos para ofrecer todos esos conocimientos de manera personalizada.
Se abogó además por una mejor asesoría en materia de agrociencia y en el manejo de suelos, algo que ha dado resultados en la transformación de los entornos donde la degradación en áreas que fueron cañeras limitó notablemente la calidad de los nutrientes naturales de los terrenos, a la vez facilitar cursos directamente en las zonas agrícolas para facilitar el acceso de los productores a esos conocimientos.
Reconocieron que, si bien el movimiento agroecológico de la ANAP ha sido decisivo en los últimos años, no es suficiente para llegarle a todas las unidades, en especial a las UBPC y las áreas agrícolas estatales, las cuales no están bajo su radio de acción.