Dígase Enfermería y se hablará de esa noble cualidad en quienes la ejercen, porque ellos y ellas saben como nadie lo que significa una mano cálida para aliviar el dolor, a la par de un medicamento, o lo mucho que consuela una palabra tranquilizadora en medio de los avatares de alguna enfermedad. Así lo sabe la Licenciada en Enfermería de Jobabo Irania Domínguez Mesa ( La Negra) quien ha dedicado 41 años de su vida a esta labor humanitaria.
¿El sector de la salud abarca un amplio campo de ramas por qué precisamente se inclina a usted por la enfermería?
«Buenos días, yo me inclino más por la enfermería porque desde niña siempre jugábamos a la casita y siempre yo era la enfermera o la doctora. Ya pasó la primaria, la secundaria, la hice en la Hortaliza II en la Las Tunas. Cuando terminé noveno grado obtuve la carrera de enfermería, la estudié, me hice enfermera general y empecé a trabajar como enfermera general en la sala de pediatría de cirugía de niños. Allí me pasé mis dos años de servicio social en Las Tunas».
¿Cómo llega al municipio de Jobabo como enfermera?
«Yo llego al municipio de Jobabo porque me casé con un muchacho de aquí que es mi actual esposo. Una vez que llega a nuestro territorio»
¿Dónde fueron sus primeros inicios en este desempeño?
« Mi primer inicio fue en la sala de pediatría como enfermera asistencial. Luego me eligieron para que fuera la jefa del departamento y acepté. Estuve ahí cinco años de jefa de sala trabajando con los niños porque es una carrera muy bonita, una sala que toda la vida me he inclinado por los niños. Y luego salgo embarazada de mi hijo. Y por cuestiones de no pasar trabajo con mi niño me dirijo a un consultorio médico de la familia en Viet Nam, donde ahí permanecí por cinco años. Fui elegida para cumplir mi misión milagro en La Habana por seis meses. Cuando regreso continué trabajando en mi consultorio».
Sabemos que su experiencia y sabiduría ha traspasado más allá de las fronteras cubanas. ¿Qué nos tiene que decir en este sentido?
«Cuando regresé de La Habana, de la misión, por mis resultados, tuve la misión en la República Bolivariana de Venezuela 2012 hasta el 2015. Tuve vivencias muy bonitas atendiendo al pueblo venezolano. Tuve que adaptarme al sistema de vida de ellos, pero bueno, siempre trabajé y con amor y cariño al pueblo venezolano que se lo merece».
¿Algo que le haya connotado en su labor en este hermano país?
«Algo que me emocionó mucho fue que yo trabajé en un CDI en El Salvador Allende, donde ingresaban a los colaboradores cubanos enfermos. Muy triste, tuvimos muchos fallecidos, pero muchos que salvamos la vida, que llegaban muy enfermitos y con el amor, la dedicación, que trabajábamos, salvamos muchas vidas de colaboradores cubanos en nuestro país, allá en Venezuela».
Una vez que regresa a la patria, ¿a dónde se incorpora a prestar servicio?
«Cuando llego a la patria, al mes de disfrutar mis vacaciones con mi familia, me incorporo al departamento de enfermería como asesora de hospital, donde me desempeño actualmente como jefa de enfermera policlínico hospital».
Durante su trayectoria, usted hace a alusión que había asumido como jefa de sala, ahora como asesora municipal o como jefa de departamento de las enfermeras.
¿Qué se siente ocupar cargos administrativos y dirigir a un colectivo con diferentes características?
«Ahí se suma mucha responsabilidad, amor, compasión con nuestros compañeros, porque estamos en tiempos difíciles, pero siempre dando un granito de arena, apoyamos a todo el personal de enfermería de nuestro municipio».
Usted lleva 41 años de labor como enfermera. ¿Qué puede decir acerca de su amplia trayectoria? ¿Qué siente al contribuir con sus manos cálidas y humanas a salvar vidas?
«Yo me siento muy realizada, muy conmovida porque he salvado muchas vidas y seguiré salvando vidas hasta que la Revolución me necesite».
¿Algún mensaje que quiera transmitirle al pueblo jobabense o a otros jóvenes que también se sumen o se inclinen por esta maravillosa carrera?
«Lo primero que le tengo que decir que enfermería no es cualquier carrera, sino que hay que tener amor, dedicación por salvar vidas, entrega y ser muy humano. Sabemos los tiempos difíciles, pero siempre se puede un poquito más. Y último decirle al pueblo jobabense que puede contar con el personal de enfermería que estamos en la primera línea de combate y principalmente conmigo pueden contar donde quiera, a la hora que quiera y para lo que quiera, siempre y cuando sea cosas de enfermería que uno pueda realizar. »