Jorge Luis Almeida (Pepino) fue oficialmente el primer ganadero jobabense en sacrificar de manera autorizada una res de su propiedad para el consumo familiar. La autorización dada por la comisión agraria y el resto de los factores implicados, fue emitida esta mañana y ya en la tarde se hacía efectiva aquí en este municipio la Resolución 139 del 2021.
«Todo fue con agilidad, sin mucha demora» manifiesta Jorge mientras se evisceraba el animal bajo estrictas normas higiénicas sanitarias por personal especializado de la Losa Sanitaria de Jobabo, perteneciente a la Unidad Empresarial de Base Integral Agropecuaria.
«Estamos hablando de una buena oportunidad que hace mucho tiempo estábamos pidiendo y que por fin se cumple, y eso incentiva a que produzcamos más, a que incrementemos el ganado», refiere con alegría el productor perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios Jorge Aleaga Peña, la principal unidad ganadera de este municipio.
Un segundo animal, ya en el cepo, esperaba por que concluyeran con el toro de Jorge Luis, se trataba de una novilla de Yudisel Castro Ramírez, del asentamiento rural de El Aguacate.
«Bastante sacrificio uno pasa con los animales, ahora es tratar de aumentar y cumplir, para que puedan ser dos o tres el año que viene. Esta primera es para la familia, ya cuando aumentemos podemos vender a la población, que es la idea», dice.
Para garantizar el servicio, la losa sanitaria cuenta con el personal calificado y una serie de condiciones sanitarias verificadas. Al mismo tiempo se aprobó como precio inicial 220 pesos por todo el trabajo de sacrificio, eviscerado, pesaje, lavado… ya la carne lista para su traslado.
«Tienen que traer el certificado veterinario, que incluye la prueba de sangre para detectar brucelosis y en caso de las hembras el diagnóstico del fisio patólogo, además, la resolución del delegado, el pase de tránsito por el Centro de Control Pecuario… se hace un expediente y se contempla todo lo que luego pueda esclarecer alguna duda o revisión del proceso» describe Cristina Fonseca, responsable de la losa sanitaria.
«El productor saca las carnes con su factura, que incluye el pesaje, todo de manera organizada y con agilidad» explica.
Hasta el momento se calcula que unos 60 campesinos y usufructuarios de Jobabo califiquen este año para sacrificar una o más reses, en correspondencia con lo que norma la Resolución 139.
Lo que sí se aprecia es una tendencia a que crezca la masa y se cumplan los planes, motivado por el interés de los tenedores de ganado de calificar para sacrificar de vez en cuando una res.
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