Un acumulado de 75 millones de pesos en ventas netas totales ponen cierta ventaja a uno de los principales indicadores económicos del municipio a punto de cerrar julio, subiendo unos cinco puntos porcentuales con respecto al mes anterior y una ligera recuperación en los suministros y la actividad productiva.
Teniendo en cuenta las deficiencias en el sector del comercio, principal aportador de los ingresos cedidos, los cuales son los que mueven parte de las finanzas locales, se precisó que falta creatividad y una mayor gestión en las unidades gastronómicas para poner muchas más ofertas a la venta con recursos locales, algo que se ha discutido en otras ocasiones.
El principal problema está en el cumplimiento de las producciones físicas, pues de las 65 registradas en Jobabo, 23 siguen rezagadas, incluyendo las que son de encargo estatal como la leche y la carne vacuna. Estos datos menguados de la agricultura tienen que ver, por un lado, con la sequía, y por otro, con la deficiente estrategia que se manejó la ganadería en meses anteriores, incluyendo una masiva despoblación de la masa en las unidades del sector estatal.
En el caso de las exportaciones, el carbón y el oro superaban el 97 % de los ingresos comprometidos, por encima de los tres millones 700 mil dólares.
Un factor clave son los impuestos, recaudaciones que llegan a los millones 300 mil pesos en el acápite de las utilidades, cifra que queda por debajo de lo que se pretendía para esta fecha, dado principalmente por la situación de la covid-19, y los recortes en los suministros al comercio y la gastronomía.
También los impuestos se vieron afectados por la suspensión temporal de los trabajadores por cuenta propia y la mayor parte de la actividad comercial no imprescindible.