El municipio de Jobabo culminó marzo con 431 hectáreas sembradas, marcando un inicio positivo para la campaña de siembra de primavera, que tiene como meta alcanzar las 3.314 hectáreas antes de finalizar agosto.
Aunque el balance general refleja un compromiso mayoritario por parte de las unidades productivas, algunas entidades han incumplido sus planes, acumulando deudas para los próximos meses. Entre las rezagadas destacan las UBPC Rolando Rubio y Enrique Casals y las CCS Osvaldo Figueredo, Jorge Aleaga Peña y Victoriano Martínez.
Uno de los principales retos de la campaña es completar el balance de áreas de plátano, cuyo plan asciende a cerca de 1.000 hectáreas para cubrir la demanda local y provincial. Sin embargo, hasta el momento solo se ha alcanzado el 60% de lo previsto, sobre todo por la falta de semillas.
En contraste, cultivos como la yuca muestran un avance más alentador, con el 90% de las 1.086 hectáreas planificadas ya cubiertas, mientras que el boniato supera en un 6% las 133 hectáreas previstas.
A pesar de los avances en algunos rubros, el programa de agricultura urbana y suburbana sigue lejos de satisfacer las necesidades reales de la población. Las estadísticas oficiales reflejan cifras positivas, pero en la práctica, los principales huertos y organopónicos presentan un deterioro notable en comparación con años anteriores. Esta situación impacta directamente en el abastecimiento local, generando insuficiencias en el consumo y la demanda.
Un aspecto destacable es el incremento en la distribución de productos agrícolas, que superó las 660 toneladas comercializadas al cierre de marzo. Este aumento refleja un esfuerzo por dinamizar la venta de alimentos, aunque aún queda trabajo por hacer para garantizar un abastecimiento estable y diversificado.
Las autoridades municipales han llamado a redoblar los esfuerzos, especialmente en las unidades que arrastran atrasos, para evitar que estos incumplimientos afecten el cumplimiento global de la campaña e insisten en la importancia de priorizar cultivos estratégicos como el plátano, cuya producción resulta clave para la seguridad alimentaria del territorio.
Mientras Jobabo busca consolidar sus resultados en los próximos meses, el reto sigue siendo traducir los avances estadísticos en un impacto tangible en la mesa de las familias.
La combinación de mayor control, eficiencia y compromiso de las unidades productivas será determinante para alcanzar una buena campaña de siembra de primavera, que aunque el clima no apoya en todas las zonas agrícolas, sí se ven mejores oportunidades y entusiamos en los productores.