El IX Congreso de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (ANEC) concluyó con un llamado a fortalecer el papel de la organización en la implementación del “Programa de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía”. El evento, celebrado en el Palacio de Convenciones, contó con la presencia destacada del presidente Miguel Díaz-Canel, quien enfatizó la necesidad de “resistir avanzando” ante la crisis económica, combinando creatividad y unidad para superar los desafíos actuales.
Durante el congreso, los delegados propusieron medidas clave para estabilizar la macroeconomía, como la recuperación de ingresos externos, la gestión de la deuda y reformas en la política fiscal. Díaz-Canel resaltó la importancia de las recomendaciones de la ANEC, calificándolas como “la mejor caracterización metodológica de las distorsiones económicas” y una guía esencial para las políticas públicas. Además, se subrayó la urgencia de impulsar la producción agrícola y revitalizar sectores estratégicos como el azucarero y el turístico.
El mandatario cubano instó a los economistas a trabajar desde los municipios, promoviendo soluciones locales y aprovechando el talento profesional para enfrentar la escasez de recursos. También pidió a los ministros integrar las propuestas de la ANEC en sus planes de trabajo, destacando la importancia de la “ciencia, la innovación y la transformación digital” como pilares para la recuperación. Estas declaraciones reflejan el intento del gobierno de alinear a los expertos con su estrategia de “resistencia económica” frente al embargo estadounidense y los errores internos.
El congreso sirvió como plataforma para criticar las sanciones de EE.UU., pero también reconoció fallos en la gestión interna, como la centralización excesiva y la falta de reformas estructurales. Mientras Díaz-Canel proyectaba optimismo, economistas independientes y la población mantienen escepticismo ante la ausencia de planes concretos para revertir la inflación o el bajo crecimiento del PIB.
En el ámbito internacional, la ANEC busca ampliar su rol como asesora de políticas económicas, con iniciativas como el XV Encuentro Internacional de Economistas en octubre de 2025, donde se analizarán los impactos de la globalización en Cuba. Sin embargo, persisten desafíos como la caída en las remesas y la inversión extranjera, que limitan la capacidad de reactivación.
El cierre del congreso dejó en evidencia la dualidad del discurso oficial: mientras se exalta la “resistencia creativa”, las críticas en redes sociales cuestionan la utilidad de estos eventos ante la precariedad cotidiana. Con la elección de un nuevo Consejo Ejecutivo liderado por José Carlos del Toro, la ANEC enfrenta el reto de traducir sus propuestas en acciones tangibles, en un contexto donde la población demanda soluciones inmediatas más que consignas.