La música instrumental es una de las formas básicas de ejecución de instrumentos, en la que los sonidos, el ritmo, la melodía y la armonía se realizan por medio de efectos musicales. El trombón es un instrumento de viento metal que produce su peculiar sonido gracias a la vibración de los labios del intérprete en la parte conocida como boquilla, a partir de una columna de aire en la que se pueden obtener diferentes notas musicales. No es un instrumento fácil, pero con mucha práctica y dedicación se puede llegar a ser un gran músico.
La música no solo es arte; es un lenguaje universal que trasciende fronteras y conecta almas. En el corazón de Jobabo, un joven trombonista lleva consigo una historia de inspiración, amor y dedicación: Wilber Yoel Suárez Fernández, músico de la Banda Municipal de Concierto, cuya vida ha estado marcada por el sonido del trombón y el apoyo inquebrantable de su familia.
El trombón: un desafío que se convierte en pasión
El trombón, con su voz poderosa y versátil, no es un instrumento fácil de dominar. Requiere disciplina, técnica y, sobre todo, pasión. Wilber lo sabe bien. Desde sus primeros acercamientos a la música, entendió que cada nota era un paso más en un camino de perseverancia. Pero, ¿cómo surgió ese amor por la música?
«Desde pequeño, mis padres siempre estuvieron en este mundo del arte, de una manera u otra allá afuera, en cucalambeanas, en actividades del CDR, en cosas así culturales, y luego mi padre empieza a estudiar trombón en la escuela de banda, y un poco después mi madre se decide también y empieza a estudiar trompa, entonces ya ellos me fueron inculcando eso»
¿Dónde fue que realizaste tus primeros estudios?
«Mis primeros estudios fueron en la escuela de arte del Cucalambé, antes se llamaba EVA, Escuela Vocacional de Arte, ahora es la EPA. Ahí estudié desde quinto grado hasta noveno, hice mi nivel elemental, y bueno, ya luego en noveno hice el pase de nivel para pasar a nivel medio»
El apoyo incondicional: la fuerza detrás del artista
¿Quién te ayudó en tu carrera?
«Bueno, si te empiezo a mencionar todas las personas que me ayudaron, no terminaría hoy, por supuesto los primeros fueron mi papá y mi mamá, mi madre con su amor, con su cariño, al igual que mi padre, desde todos los puntos de vista, económico, el apoyo que necesitaba, emocional y mental. Mi padre siempre se preocupó por llevarme a hacer las pruebas, las captaciones, para poder entrar a la escuela»
Los padres de Wilber fueron un pilar fundamental en la formación de este joven como músico, ya que sembraron la semilla por el gusto hacia este tipo de instrumento, además de fortalecer los vínculos familiares con su apoyo incondicional en su carrera y dándole el apoyo necesario.
¿Por qué decidiste tocar este instrumento?
«Este instrumento primeramente es el que toca mi padre, él fue el que me preguntó si yo quería ese instrumento, no me impresionó ni nada, pero él quería que yo tocara ese, y bueno, a mí también me gustaba mucho, y yo decidí tocar ese»
¿Cuándo fue tu primera presentación en escenario?
«Bueno, mis primeras presentaciones fueron desde muy pequeño, podría decirte que en sexto grado hicimos una especie de grupo, que queríamos hacerlo, fue algo espontáneo, que quisimos improvisar para hacer un matutino o algo así, no recuerdo, y bueno, de ahí surgió un grupo que ni siquiera recuerdo el nombre, pero sé que fue algo que quedó después y que duró bastante, y recuerdo que nos presentamos en varias partes de Las Tunas, nos invitaron, éramos muy chiquitos, tenía unos diez años por ahí»
Este joven siempre estuvo involucrado en el mundo de las artes, provocando este amor y pasión por la música que actualmente persiste en su corazón, de la cual no desea salir.
Motivaciones y sueños: la música como estilo de vida
¿Cuáles son las mayores motivaciones profesionales que tienes?
«Bueno, mis mayores motivaciones son sin pensar mucho en el mañana y viviendo el presente, pero bueno, esperando tocar este instrumento siempre, superarme, poder tocar en muchos lugares, y siempre disfrutar de la música, siempre que pueda»
¿Qué mensaje le puedes dar a otros estudiantes o aspirantes que quieran estudiar la música?
«Que se esfuercen mucho, que sean constantes, que tengan mucha disciplina más que motivación, que no se rindan y que es una carrera muy dura y muy larga, pero que merece muchísimo la pena el sacrificio»
Un futuro lleno de melodías
Hoy, el trombón sigue siendo un instrumento esencial en la educación musical, con técnicas que evolucionan y se adaptan a nuevos estilos. Wilber Yoel Suárez Fernández es un ejemplo de cómo el talento, combinado con el apoyo familiar y la determinación, puede forjar un camino artístico lleno de éxitos.
Su historia no es solo la de un músico, sino la de un joven que lleva en cada nota el amor de sus padres y la pasión por un arte que lo define. El escenario lo espera, y él, con su trombón en mano, está listo para seguir conquistándolo. “La música no se toca solo con las manos; se vive con el corazón.”