Dicha declaración ocurrió durante las honras fúnebres de las víctimas de los bombardeos estadounidenses a distintos puntos del territorio nacional, como preludio de la invasión mercenaria por Playa Girón, provincia de Matanzas, en 1961.
Ante la multitud congregada cerca del cementerio Cristóbal Colón, en La Habana, el máximo líder cubano, Fidel Castro, expresó: esta es la revolución socialista y democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes.
Y por esta revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes, estamos dispuestos a dar la vida, agregó.
Los asistentes con los fusiles en alto, expresaron su decisión de defender la patria, por lo que la fecha pasó a la historia nacional como Día del Miliciano.
En la víspera, el 15 de abril, aviones enemigos camuflados con la insignia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias atacaron el aeropuerto de Ciudad Libertad, la base aérea de San Antonio de los Baños y el aeropuerto de Santiago de Cuba.
El día 17, una brigada armada, entrenada y transportada por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos desembarcó por la Ciénaga de Zapata.
Luego de 60 horas de duros combates fueron derrotados los mercenarios, que se rindieron
al atardecer del día 19, y esta acción representó, al decir de Fidel Castro, la primera gran derrota del imperialismo en América Latina.