En un contexto como el cubano, donde los recursos hídricos y energéticos son limitados, el uso de sistemas de riego eficientes en pequeñas áreas de cultivo se vuelve esencial. La agricultura a pequeña escala, predominante en el país, requiere métodos que optimicen el agua, reduzcan el gasto energético y minimicen el impacto ambiental. Para lograrlo, es fundamental conocer las tecnologías disponibles, sus ventajas y las prácticas adecuadas para su implementación, aunque ello está limitado por el propio acceso a las tecnologías y la capacidad adquisitiva de cada productor. Sin embargo, vale pena el conocimiento.