El cierre del año agrícola en Jobabo dejó al descubierto problemas estructurales que limitan el desarrollo del sector. **Antonio González**, presidente de la CCS *Antonio Fernández*, destacó que “la falta de combustible y recursos frena la producción, pero el mayor problema es la mala planificación”. Sin una estrategia clara, los campesinos enfrentan retrasos en las siembras y pérdidas de cosechas.
Julio Villa, especialista de cultivos varios de la delegación municipal, señaló que “las tierras no se preparan a tiempo”. Cuando llegan las lluvias, muchos campos no están listos, lo que reduce los rendimientos. Este problema, repetitivo año tras año, exige mayor previsión y disciplina en el trabajo.
Ramón Rodríguez, vicepresidente de la CCS Rafael Trejo, criticó el enfoque economicista en la siembra: “Se priorizan cultivos que generan más ingresos, pero no los que más necesita la población”. Esta dinámica afecta la seguridad alimentaria local y aumenta la dependencia de otros territorios.
La degradación de los suelos también preocupa. Danisbel Cova, especialista en suelos, advirtió que “la falta de rotación de cultivos y el uso excesivo de químicos están agotando la tierra”. Sin medidas urgentes, la productividad seguirá en declive.
Las 28 cooperativas del municipio, aunque son el eje de la producción, no rinden al máximo. Juan Carlos Ávila, presidente de la CCS Rafael Trejo, admitió: “Faltan recursos, pero también autonomía para decidir qué y cuándo sembrar”. Sin flexibilidad, los campesinos no pueden adaptarse a las condiciones climáticas o de mercado.
Julio Machado, delegado municipal de la Agricultura, reconoció que “el sector estatal debe agilizar su apoyo”. La burocracia y la lentitud en la entrega de insumos siguen siendo obstáculos. “Si no mejoramos la gestión, no habrá avances reales”, concluyó.
Formación y Fuerza Laboral: Una Deuda Pendiente
Uno de los mayores desafíos es la falta de personal calificado. Julio Machado destacó que “Jobabo tiene un politécnico agropecuario con buenas condiciones, pero su potencial no se aprovecha”. Mientras, las cooperativas carecen de agrónomos, veterinarios y técnicos.
Drais Coba, docente del Politécnico Manifiesto de Montecristi, criticó que “las entidades agropecuarias no reclutan a los egresados”. Aunque los estudiantes se forman en el territorio, muchos terminan emigrando o trabajando en otros sectores por falta de oportunidades.
Noemí Alarcón, miembro del Buró Municipal del Partido, insistió en que “la agricultura necesita técnicos, y aquí tenemos cómo formarlos”. Propuso fortalecer los vínculos entre el politécnico y las cooperativas para garantizar que los estudiantes realicen prácticas útiles y sean contratados al graduarse.
Maikel Cutiño, responsable ideológico del Partido, fue más allá: “Este politécnico podría convertirse en una universidad agraria”. Con docentes calificados y recursos disponibles, Jobabo podría formar profesionales de alto nivel sin depender de otras provincias.
Sin embargo, el problema no es solo educativo. Juan Carlos Ávila señaló que “muchos jóvenes no quieren trabajar en el campo por los bajos salarios y las duras condiciones”. Para retener talento, hace falta mejorar incentivos y modernizar las técnicas de producción.
El balance anual dejó claro que, pese a las dificultades, hay oportunidades. Como resumió Antonio González: “Si optimizamos recursos, mejoramos la planificación y aprovechamos a los jóvenes, el campo jobabense puede dar mucho más”. El reto ahora es pasar de los diagnósticos a las soluciones concretas.
Desafíos
Es cierto que el combustible no alcanza para cubrir todas las necesidades del campo. Sin embargo, esta limitación no debería paralizar por completo las labores agrícolas. Existen alternativas que podrían implementarse, como el uso de la fuerza manual y la tracción animal, métodos que, aunque requieren más esfuerzo, son viables y permitirían avanzar en tareas esenciales.
Uno de los mayores errores que se comete es no preparar las tierras a tiempo. Cuando llegan las lluvias, el suelo no está listo para la siembra, lo que genera retrasos y pérdidas significativas. Esta falta de previsión es un problema recurrente que debe ser atendido con urgencia, ya que de ello depende el éxito de toda la campaña.