Para que una sociedad permanezca en constante equilibrio, cada cual debe ofrecer un pedacito de entrega y dedicación. Si bien las grandes profesiones aportan grandes resultados, hay otras que muchas veces pasan desapercibidas, y son tan importantes como el resto.
Desde 1995 Cuba celebra el Día del Trabajador de Servicios Comunales en honor al mártir de este sector, Faustino Pérez, nacido un 15 de febrero de 1920. No siempre con recursos pero siempre con la disposición, estos trabajadores entregan ciudades más limpias, más organizadas, más bellas.
No obstante, en estos servicios hay quienes trabajan desde la sensibilidad y las emociones. Laborar en un cementerio no es cosa fácil, por tanto, reconocer a quienes lo hacen va más allá del agradecimiento, es también admiración.
Sandra Fillor Rodríguez ha dedicado 27 años ininterrumpidos a los servicios comunales, y desde algunos hasta la fecha, el cementerio se convertido en el santuario que debe ser bajo sus manos trabajadoras.
Las profesiones necesitan sentimiento y dedicación, y Sandra constituye ejemplo imperecedero de entrega y constancia. Al decir de Eduardo Galeano, muchas personas pequeñas, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo.