Alrededor de la mitad de las 14 mil hectáreas de Monte Cabaniguán son de ciénaga. Esteros que forman perfectos laberintos, manglares perfectamente conservados, aves reposan con total tranquilidad en los muñones de los viejos troncos secos, escurridizas jutías que se esconden entre el verde follaje, iguanas que salen a tomar el sol a media mañana… todo un mundo equilibrado donde el Cocodrilo Acutus es el rey e ingeniero natural de esos parajes.
Precisamente Monte Cabaniguán es conocido mundialmente por tener una de las mayores poblaciones en vida natura del Cocodrilo Acutus y mantener sus ecosistemas prácticamente inalterables, siendo, según los medioambientalistas, el humedal mejor conservado de Cuba y el segundo de mayor importancia, pues forma parte del Delta del Cauto.
Su belleza, ciénaga adentro, envuelve a quienes saben apreciar el buen ambiente de un mundo donde la naturaleza suspira al ritmo de los sonidos de más de medio centenar de especies libres.