La iniciativa promovida por el periodista y presentador Angus Scott en la plataforma virtual Change.org asegura que Blair es quien menos merece ese reconocimiento por ser responsable de la muerte de innumerables civiles y militares en varios países.
Solo por eso debería ser acusado de crímenes de guerra, agrega la petición, tras señalar que el exgobernante causó un daño irreparable a la constitución del Reino Unido y a la sociedad británica cuando apoyó la invasión estadounidense a Iraq y Afganistán.
El nombre de Blair fue incluido en la lista de honor publicada la víspera por la casa real británica junto al de prominentes científicos que se destacaron en la lucha contra la Covid-19, y figuras del deporte y la cultura.
Junto con el título de «Sir», el político laborista pasa a formar parte de la Orden de la Jarretera, la más antigua y de mayor rango de la caballería británica.
Además de la petición online para que se le retire el nombramiento, que el propio Blair calificó de “inmenso honor”, sus detractores inundaron las redes sociales con comentarios en los que se recuerdan su responsabilidad en las invasiones de Iraq y Afganistán en nombre de la lucha contra el terrorismo.
Tony Blair nombrado caballero por sus servicios al imperialismo. Ese hombre debería estar en el banquillo del Tribunal Internacional de La Haya, Qué vergüenza, escribió en Twitter el comentarista político Liam Young.
El reconocido periodista y documentalista australiano-británico John Pilger aseveró, por su parte, que la decisión pone de manifiesto el desprecio con que la «elite del Reino Unido» trata al resto de la población.
Para la activista política y fundadora de la coalición Stop the War Lindsay German, el nombramiento de Blair representa una “patada en los dientes” para los pueblos de Afganistán e Iraq y para los millones de personas que denunciaron la guerra de agresión contra esos países.
La plataforma WikiLeaks señaló, a su vez, que mientras los “criminales de guerra” reciben títulos de caballero, los que exponen sus crímenes a la luz pública, como es el caso de Julian Assange, languidecen en cárceles de máxima seguridad a la espera de ser extraditados y condenados a largas penas de prisión.
El fantasma de la guerra de Iraq persigue a Blair desde que en 2016 una investigación oficial encontró que el entonces primer ministro sobredimensionó las supuestas pruebas sobre el armamento en poder de Saddam Hussein y aprobó el envío de tropas británicas cuando todavía había tiempo para encontrar una solución pacífica.