Recorrer sus pasillos y explorar los extensos terrenos testigos de la entrega y profesionalismo de estudiantes y profesores, es todo un deleite para quien visita una de las principales instituciones agropecuarias de la Enseñanza Técnica y Profesional en Las Tunas. “Aprender haciendo” es el eslogan que identifica al Instituto Politécnico Agropecuario Manifiesto de Montecristi, que cuenta con el meritorio placer de contribuir, desde un alto estándar educacional y eficaces resultados en su producción, a la enseñanza del alumno.
Con alrededor de 12 carreras en su plan de estudios, el IPA distingue por su desempeño docente y el desarrollo productivo, principalmente desde las especialidades Obrero Calificado en Zootecnia Veterinaria, Técnico Medio en Agronomía y Obrero Calificado en Mecánica y Operador de instrumentos agrícolas. En función de ello, una de sus principales tareas, además de brindar un servicio educacional de excelencia, es aportar al progreso económico y social del territorio jobabense.
Producir, educar, innovar, vincular práctica con teoría y seguir mejorando, son premisas de una escuela que ostenta el título de Centro de Referencia Nacional en las especialidades agropecuarias por el Ministerio de Educación, la Tercera Excelencia en el Movimiento de la Agricultura Urbana y que actualmente opta por la cuarta.
Producir, palabra de orden
Este infinitivo ha devenido en un mérito reconocido de un instituto que conjuga técnicas y saberes en una tarea de impacto como la producción. Sin dudas, además de enseñar, ese ha sido uno de los puntos cardinales del centro. Según Magdelaine Sosa Menencia, directora de la instalación, los productos son tan variados como la naturaleza misma, desde parcelas de arroz, plantas medicinales, tabaco, hasta pastos y forraje y abono orgánico, como humus de lombriz y compost.
Entre las principales líneas de producción destacan el frijol y el maíz, los cuales han aportado entre 35 y 40 quintales para el autoabastecimiento, además de calabaza, plátano burro y vegetales. Unido a lo cual implementan técnicas necesarias como canteros chinos, empalado, canales de desviación para el agua, trampas de colores para los insectos y barreras para evitar plagas.
Cuentan también con un módulo pecuario que incluye naves porcinas, ovinas, caprinas, cunículas y avícolas; solo este módulo, por concepto de venta de ganado mayor, ha aportado 65 mil pesos. Además, la mayor parte de viandas y hortalizas del huerto intensivo se han destinado al consumo interno.
Indetenible cuando de producir se trata, el IPA actualmente posee, según Sergio Borte Perigó, Subdirector de Formación Profesional, cinco hectáreas de plátanos plantadas y en pleno proceso de producción, un área de seis hectáreas para rotar con yuca, una hectárea de boniato y una de maíz con el propósito de recogerlo verde. “Una de nuestras principales fortalezas es la producción de una hectárea y media de tabaco, gracias a la cual ingresamos alrededor de 67 mil pesos al presupuesto del Ministerio de Educación tras la venta en el Centro de Beneficio del Tabaco en Las Tunas.”
Derivado de los subprogramas de vegetales, frutales, hortalizas y granos, el IPA Manifiesto de Montecristi aporta con su excedente al Ministerio de Educación, círculos infantiles, la Escuela Especial y el Hogar Materno. “Cuando nuestra escuela fue centro de aislamiento fueron donados vegetales y hortalizas, viandas y leche”, explica Sosa Menencia.
Con 20 áreas básicas experimentales y una finca docente productiva, el IPA es el único instituto politécnico con un polígono de suelo en todo el país y vincula la buena preparación docente, las clases y el ejercicio de los estudiantes, con el proceso productivo para autoabastecerse y brindar apoyo a otras entidades. “El mayor impacto económico, ya que somos centro de costo, se evidencia en el presupuesto del estado, pues todo el ingreso va hacia esa dirección”, refiere.
Para quienes desde su basta profesionalidad ponen empeño en lo que producen, preparar a sus estudiantes y vincularlos con cada tarea resulta también palabra de orden. Si bien es sabido que no hay práctica sin teoría, en esta escuela ambos factores se complementan.
Entre la teoría y la práctica
Una de las misiones del politécnico es crear las habilidades profesionales necesarias en cada uno de los estudiantes a través de ejercicios prácticos. La metodóloga de la Enseñanza Técnica Profesional, María Cristina Tamayo, afirma que todo lo realizado en materia de producción, está estrechamente vinculado con la formación de los estudiantes.
“La nuestra es una finca docente productiva, pues permite también que los alumnos hagan todo el laboreo, por ejemplo la limpieza de las producciones, la realización de los canteros para la siembra, utilizar sus diferentes tipos para obtener mayores rendimientos en menor área, lo cual les servirá para enfrentarse posteriormente a una unidad productora”.
Asimismo, el ya mencionado módulo pecuario, constituye el principal eje de capacitación para la especialidad de Zootecnia y Veterinaria. “No se pueden desligar los servicios de la preparación pues las enseñanzas están vinculadas, por ejemplo los de veterinaria desde que crían los conejos están utilizando plantas medicinales, las cuales se producen en el propio centro”.
A partir de las actividades presentes en su currículum de estudio, los alumnos desarrollan entre cinco y seis habilidades profesionales a cumplir al cierre de cada año. Las principales son preparación de suelos, atenciones culturales, intercalamiento de los cultivos, uso de materia orgánica, siembra y plantaciones.
“La aplicación de biopreparados, de fertilizantes, del riego, la estimación de producción, de áreas, son actividades que los educandos complementan a la vez que se insertan en estas tareas”, describe Borte Perigó.
Tanta calidad en su desempeño ha logrado colocar a esta institución entre uno de los más referenciados a nivel nacional. Gracias a ello, y con el objetivo de mejorar, crecer y perfeccionar sus programas, ha sido incluido en varios proyectos y ha trazado estrategias con vistas a un futuro cercano.
Proyectos y visiones
Al hablar de proyectos en el IPA Manifiesto de Montecristi, uno de los más relevantes es el Proyecto para el Fortalecimiento de la Educación Técnica (Profet). Este programa fue registrado en 2019 por el Ministerio de Educación, de Comercio Exterior, la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (Cosude) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y es implementado en 29 institutos politécnicos del país.
Encaminado al fortalecimiento de la educación técnica, este proyecto incluye dentro de su nómina a la escuela jobabense debido a su destacada formación de técnicos medios y obreros calificados, sus resultados productivos y la vinculación con la docencia, además de sus varios reconocimientos.
“A través de Profet, se construye una mini industria, una clínica veterinaria, un laboratorio agrícola y un laboratorio de suelo. Contamos ya con todos los recursos pues estos planes, pues además de contribuir a la preparación educacional, también prestarán servicio a la población” asegura la directora.
Otra y muy importante estrategia para el desarrollo del politécnico es el proyecto económico productivo Producciones y Servicios de Excelencia desde la formación profesional de los jóvenes del IPA Manifiesto de Montecristi. Aprobado a niveles municipales y provinciales, propone abrir una cuenta bancaria destinada a los ingresos del centro.
Con tal implementación, este podrá gestionar todos sus recaudos para comprar insumos y materias primas y mejorar las propias instalaciones. En ese orden será posible construir un tejar para la venta de ladrillos, además de ofertar a la comunidad viandas, granos, leche, entre otras de las 33 líneas de producción previstas. “Como todo lo ingresado va hacia el presupuesto del Estado, con esta cuenta podremos encargarnos de ello para mejorar todo lo posible, por ejemplo un equipo de audio para la FEEM, o ventiladores para el teatro”, sostiene Sosa Menencia, quien además está al frente de dicho proyecto.
Todo propósito va encaminado a un mejor desempeño y al perfeccionamiento de uno de los mejores centros escolares de la enseñanza en el país. Estos méritos son el resultado de años de intensa labor, dedicación, profesionalidad y compromiso con los estudiantes, la escuela y la sociedad.