La boca calle Fontaine a Francisco Vicente Aguilera, en Jobabo, está intransitable prácticamente. Un pequeño hueco generado por el progresivo deterioro de la tubería pluvial lleva más de un mes prácticamente impidiendo el paso y al mismo tiempo, para los que no conocen bien el lugar, representa un peligro.
Hace dos o tres días un vehículo ligero cayó en el hoyo, con suerte no se descontinuó, ya se han escuchado de otros que han corrido suerte parecida, y de algunas personas que también han escapado por casualidad de una caída.
La señal para este irresuelto problema del patronato vial de servicios comunales, salpicado de un poco de abandono también de Acueducto y Alcantarillado (que es el organismo encargado de las zanjas y alcantarillas), es un tronco con un saco amarrado que se confunde en la oscuridad con una persona erguida.
Quienes pasan por ahí solo mueven la cabeza y dejan entrever un gesto de inconformidad por algo que, se sabe, no lleva tantos recursos para resolver.