Producir alimentos no es tarea fácil, lleva mucho esfuerzo y empeño, pero hay campesinos que han demostrado que se puede hacer más con inteligencia, asesoría, y adaptándose a las condiciones que tienen en su entorno, tal es el caso de Edelmis Castro, asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios Victoria de Girón, y uno de los principales impulsores de la agroecología en este municipio.
Edelmis no es el único que tiene resultados, decenas de cooperativistas de esa misma unidad también, y otros como Vladimir Monta, que convirtió un terreno prácticamente improductivo en un rico enclave agrícola en medio de una zona ganadera. Es el poder y el querer hacer, pero esas experiencias no están exentas de obstáculos.
-Lo más difícil para mí es la fuerza de trabajo, cada día suben las exigencias de un salario más alto por cada mañana de trabajo, y eso va contra el coste de producción de las cosechas- dice Edelmis, mientras señala un campo recién sembrado de cebollas.
Ahí, en esa tierra arenosa, donde los nutrientes del sueño escaseaban hubo que dar mucho hierro con los bueyes, sin embargo se logró transformar, y eso de los obreros, es cada día más complicado.
Por allá, en Dos Hermanos, Vladimir tiene un reto mayor, la necesidad de insumos cada día se hace más latente, y a pesar que este conocedor de la agricultura se “cuela” por el hoyo de una aguja, no siempre logra traer a su finca lo que necesita para ampliar el rendimiento, es por ello que tiene que esforzarse más y producir sus propios insumos: fertilizantes, insecticidas…
Acceso a la electricidad, un inconveniente latente
Pero no todos los campesinos tienen la experiencia de Edelmis y Vladimir, y algunos tienen otras necesidades que van mucho más allá de esas complejas carencias de insumos, pues hay otros obstáculos que también sacuden la agricultura.
-Mi finca da buenas cosechas, hay agua, hay conocimientos, pero no tengo electricidad aunque está cerca, eso me limita para poder aprovechar mejor los sistemas de riego y obtener buenas cosechas de plátano, yuca, frutales…- refiere Miguel Mendoza, de la CCS Batalla Palo Seco.
Y es que Miguel, de uno de los mayores productores de plátano de Jobabo, ante tantos obstáculos para acceder a la electricidad, ha quedado en desventajas y este año tuvo que demoler parte de sus sembradíos, algo doloroso para quien con tanto esfuerzo presumía del buen rendimiento de su finca.
Otra de las ricas zonas donde la sequía no ha acabado con las aspiraciones de tener electricidad para producir es en Lajitas Adentro, ahí José Luis Reyes, de la CCS Antonio Maceo, tiene buenos pozos pero el acceso al combustible cada día se limita mucho más, por lo que la mejor opción es irse al riego por electricidad, pero el cableado no llega a su finca a pesar de tener unos buenos transformadores a menos de 500 metros de distancia.
Él y otros siete hortaliceros de la zona pudieran explotar mucho más ese enclave donde hace un tiempo en uno de los pozos se podía tomar el agua con solo estirar la mano.
-La opción que queda es seguir pidiéndolo y esperar a que se percaten que electrificarnos es la mejor alternativa para alrededor de una decena de familias de agricultores que viven por aquí- explica uno de los campesinos que es asociado a la Cooperativa de Producción Agropecuaria Nicaragua Libre.
Estrategias, irle encima las necesidades
Un cambio de estrategia de control y seguimiento a los procesos que intervienen en la gestión agropecuaria y volcar todos los esfuerzos en transformar el funcionamiento de las unidades productivas, algo que a juicio de los que dirigen este sector aquí es necesario en un contexto en que todo ha cambiado.
La propuesta parte de los reiterados problemas que afectan este sector en el municipio cuyo desenlace ha sido una considerable reducción de los suministros de los renglones principales, tanto en la parte agrícola como pecuaria, y un estancamiento en la productividad, no solo causada por las condiciones climáticas y la falta de recursos, sino de iniciativas y gestión administrativa.
-Hay que elaborar más proyectos que se enfoquen en inversiones, electrificaciones y suministro de recursos necesarios para producir. Hay opciones pero todavía desde el sector agropecuario no se ha comprendido cuanto potencial hay en las opciones que ofrece la estrategia de desarrollo municipal – explica Eliades Labrada.
En este sentido se han ofrecido cursos y asesorías por las diferentes unidades productivas y ya se va comprendiendo que hay que apostar por hacer proyectos, hasta ahora buenas experiencias que pudieran generalizarse y cambiar el panorama productivo del municipio.
De esa manera se vio en el encuentro, señalando que no puede continuar siendo el desarrollo de reuniones los principales espacios en los que se controlen los indicadores y procesos que deciden la producción de alimentos en Jobabo.
Como prioridad se enfatizó en la implementación del Plan de Soberanía Alimentaria, las estrategias para el autoabastecimiento alimentario municipal y la evaluación de las medidas del sector agropecuario para atender a los productores, revitalizar la comercialización y emprender mejores formas para que las producciones no se escapen del municipio debido a la diversidad de precios que operan en el mercado.
En esta ocasión se fue claro en la necesidad de transformar los patrones de atención a la agricultura, priorizando no solo a aquellos campesinos y usufructuarios que tengan mayores intereses en aportar, sino recuperar la vitalidad de la parte empresarial, cuya productividad es hoy cuestionable debido a un estancamiento de sus encargos sociales y desviaciones hacia la comercialización en vez de dedicarse a producir alimentos.