Sigue disminuyendo el patrimonio bovino en Jobabo. Dos mil 978 reses menos en el primer semestre de 2024 es una cifra bastante alta para este período, pues de una masa de 26 mil 705 cabezas al iniciar el año solo se contabilizan al cierre de junio 23 mil 727.
Aunque este es un tema menos analizado que el resto de los indicadores del sector agropecuario en los intercambios de producción de alimento que mensualmente dirigen las autoridades locales, no deja de ser alarmante debido a su impacto futuro en la producción lechera y la carne.
Llama la atención que la mayor incidencia está en la alta mortalidad, con mil 842 reses dadas de baja entre enero y junio, lo que representa el 61,8 % del total de animales eliminados del registro pecuario en esta etapa. Si bien por un lado se habla de la incidencia de los delitos contra la ganadería como una de las causas que inciden en esa creciente disminución de la masa bovina en Jobabo, las defunciones tienen mayor impacto.
Especialistas del sector pecuario precisan que algo que también afecta el entorno ganadero es la necesidad de llevar más reses a matadero, pues la baja conversión de peso de los animales provoca que haya que enviar casi el doble de lo que normalmente se destinaba a la industria cárnica en otras etapas.
Todo ello desfavorece tanto el crecimiento de la masa como la capacidad del municipio de autoabastecerse en un futuro cercano de carne y leche.
Aunque se señala la sequía como una de las causas fundamentales de la alta mortalidad vacuna, la siembra de alimentación animal continúa siendo muy baja, con un promedio general de menos de una hectárea por tenedor de reses, a la vez que las condiciones de manejo no son favorecidas al mismo nivel que el resto del entorno agropecuario.
La disminución de la masa en el primer semestre de 2024 representa un 11,1% cifra que pudiera crecer si no se impulsan una serie de acciones que contribuyan a revitalizar la gestión ganadera en breve plazo.